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La innovación comienza aquí

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Archivos de etiqueta: productividad

El gran desacoplamiento

25 Martes Oct 2016

Posted by JOSE MANUEL CASTRO PEREZ in Empleo

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automatización, crecimiento, decoupling, desacoplamiento, desempleo, digital, digitalización, empleabilidad, Empleo, gran, great, pib, productividad, transformación

conferenciacolegioingenieros20102016

Coloquio “El futuro laboral de nuestros hijos” en Colegio de Ingenieros Industriales – Santiago de Compostela – 20/Octubre/2016

Se conoce como “el gran desacoplamiento” – “The Great Decoupling” al fenómeno económico que empieza a manifestarse en el año 2000, en el cual el crecimiento de la riqueza se “desacopla” del aumento de la productividad y empieza, también, a distanciarse del crecimiento del empleo y éste, a su vez, del de la renta familiar disponible. Este fenómeno puede, por ejemplo, ser la causa de hechos como que, según Funcas en 2016 se pueda recuperar todo el PIB perdido durante la crisis, pero ¡sólo un tercio! del empleo perdido. (http://www.expansion.com/economia/2015/07/15/55a63d1c22601db1058b457f.html)

elgrandesacoplamiento

El gran desacoplamiento
Fuente: The Second Machine Age: Work, Progress, and Prosperity in a Time of Brilliant Technologies. Erik Brynjolfsson, Andrew McAfee

La definición anterior es intrínsicamente complicada, debido a la dificultad de entender los términos que en ella figuran. Sin embargo, no hace más que reconocer y justificar científicamente una realidad que la sabiduría popular ya ha reconocido y asumido. Por ejemplo, el genial Forges, en una viñeta publicada en El País el 16 de Junio de 2016, dice que “los puestos de trabajo que se crean ahora son migajas de curre”: (http://elpais.com/elpais/2016/06/15/opinion/1466004673_432041.html). Puede que en España se esté creando empleo, pero la calidad de este empleo deja mucho que desear; en general, la sociedad contemporánea asiste a una preocupante desaparición de lo que un día se entendió por empleo.

Las tecnologías digitales, impulsadas por las leyes de Moore (“la capacidad de procesamiento informático se duplica cada año y medio”) y Metcalfe (“la utilidad de una red crece de forma proporcional al cuadrado del número de integrantes”), han ampliado en gran medida la brecha entre ganadores y perdedores económicos y tienden a favorecer a las “superestrellas” vencedoras. Por ejemplo, alguien que crea un programa informático para automatizar la liquidación de impuestos podría ganar millones o miles de millones de dólares, pero al mismo tiempo se elimina la necesidad de un gran número de contables.  (https://www.technologyreview.com/s/515926/how-technology-is-destroying-jobs/).

Es evidente que, en el ejemplo anterior, existe un gran aumento de productividad, puesto que se consigue hacer las mismas liquidaciones con muchos menos recursos, pero la riqueza total es menor, al ya no ser necesario pagar al gran número de contables antes imprescindibles. Al mismo tiempo, se destruye un importante número de empleos y aunque se puedan crear algunos para alimentar y mantener al nuevo sistema automatizado, éstos serán muy pocos en relación a los destruidos y, probablemente, mucho mejor pagados. El empleo global disminuye y la media de las retribuciones totales también: menos trabajos totales aunque con retribuciones más elevadas. En resumen: más productividad, menor riqueza, menor empleo, aunque con mayor retribución a la inversión necesaria y al empleo cualificado emergente y menor renta media disponible. Todo un círculo vicioso, sobre el cual muchos economistas empiezan a pensar que ha sido la causa última de la gran crisis que comienza en 2007-2008, cuando ya han transcurrido varios años desde el inicio de los síntomas y un número importante de personas empiezan a perder sus trabajos a consecuencia de las mejoras de productividad alcanzadas gracias a las tecnologías digitales; cuando estas personas son incapaces de pagar las hipotecas que el sistema bancario tan alegremente les había concedido, pincha la burbuja y se desencadena una espiral de impagados, con las consecuencias por todos conocidas. En España, la situación se vuelve virulenta, puesto que la banca se resiste, en primera instancia, a aplicar a sus balances las correcciones provocadas por la pérdida de valor de sus activos inmobiliarios o hipotecarios, dando lugar a nuestra particular crisis bancaria y, luego, un poco más tarde, con la crisis de deuda soberana en la cual la multitud de activos financieros especulativos que habían huido del sector financiero, encuentran un filón en atacar a las economías más débiles del aún no consolidado sistema financiero europeo (España, Italia, Grecia, Portugal e Irlanda) que no disponen de la liquidez suficiente, puesto que la habían destinado al saneamiento bancario, y no pueden recurrir al fácil recurso de la devaluación monetaria, debido a los compromisos políticos con sus socios más fuertes en el área euro (Francia y Alemania, fundamentalmente).

Socialmente, el problema adquiere una gran dimensión: la capacidad de una economía para generar empleos de calidad bien retribuidos y con la estabilidad necesaria para que compense adquirir las habilidades necesarias para desempeñarlos es crítica para su estabilidad y cualquier desviación sobre esta base, como ha ocurrido en la crisis 2008-2014, no hace más que socavar los cimientos en los que se basa el conjunto de la economía y aumentar las probabilidades de que persista el “gran desacoplamiento”.

En relación al “gran desacoplamiento”, la mala noticia es que, si resulta ser un fenómeno estable, no ha hecho más que empezar, puesto que la revolución digital está aún en sus inicios. Las buenas noticias son que, según el cuerpo de pensamiento dominante entre los académicos del mundo económico, por una parte, la medida de la productividad sobre la cual se construye el razonamiento básico del “gran desacoplamiento” está lejos de ser unánimemente aceptada, puesto que existe mucha controversia acerca de cómo se deben computar los resultados y los consumos de un sistema económico y, por otra parte, resulta arriesgado atribuir a las tecnologías digitales las caídas registradas en el empleo y en la renta disponible, ya que los sistemas económicos son complejos y las relaciones entre las variables que los componen pueden ser múltiples, cruzadas y poco claras.

Las leyes de Moore y Metcalfe y su influencia en la digitalización de la vida cotidiana se analiza en las páginas 69-70 del capítulo 3: La digitalización imparable de La innovación comienza aquí.

 

Impacto de la automatización en el trabajo

22 Jueves Sep 2016

Posted by JOSE MANUEL CASTRO PEREZ in Transformación digital

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automatización, desempleo, impacto, productividad, robot, robotización, tareas, trabajo

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A medida que la tecnología avanza, va cambiando el ámbito potencial de actuación de la automatización y cada vez más trabajos y actividades económicas se ven amenazados de desaparición. Mas aún, empieza a ser muy relevante el grado en el cual la automatización afecta a determinadas partes en prácticamente todos los trabajos posibles.

Éste, precisamente, es el enfoque bajo el cual Mckinsey ha estudiado el impacto en más de 800 tipos de trabajo, analizando las más de 2.000 actividades en las cuales se pueden descomponer estos trabajos. Los resultados, presentados en el artículo Where machines could replace humans-and where they can´t (yet) son espeluznantes: aproximadamente un 45% de las actividades que las personas realizan para desempeñar sus trabajos podrían automatizarse con las tecnologías actualmente disponibles y cerca del 60% de los tipos de trabajo son automatizables en más de un 30% de las actividades en las que se descomponen.

La innovación comienza aquí aborda el tema de la automatización del trabajo en las páginas 113-114 del apartado La segunda economía en el capítulo IV del libro: Transformación digital. Las previsiones cuantitativas resumidas en el presente artículo confirman las expectativas que en el libro se enuncian a modo de posibilidad.

Imagen obtenida de Wikipedia.

El uso de herramientas colaborativas en las organizaciones

31 Martes May 2016

Posted by JOSE MANUEL CASTRO PEREZ in Digitalización imparable

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colaboración, comunicación, cooperación, digitalización, equipo, grupo, herramientas, productividad, trabajo

Colaboración

Los resultados de la última encuesta de McKinsey sobre herramientas sociales: How social tools can reshape the organization, sugieren que una nueva generación de herramientas permiten a los empleados colaborar en formas nuevas y más innovadoras. Los encuestados dicen que la mejora de la comunicación interna es la característica de las herramientas sociales que más ha beneficiado a sus negocios. También esperan que, en los próximos años, todo lo que permita una mejor comunicación interna será una de las maneras en que estas herramientas podrían provocar cambios fundamentales en las organizaciones.

Las recomendaciones al respecto de Mckinsey giran alrededor de aprovechar las tecnologías. Muchos ejecutivos reportan importantes beneficios en usar una nueva generación de herramientas de colaboración en equipo, que podrían sustituir al correo electrónico como el canal por defecto para las comunicaciones en el trabajo. Históricamente, las tecnologías sociales probadas en estudios anteriores se han utilizado con mayor frecuencia con clientes y en procesos externos. Pero los últimos resultados sugieren que las herramientas sociales prometen nuevos niveles de beneficios internos y, finalmente, a través de una mejor comunicación con los empleados, podrían acarrear cambios más profundos en la organización. Aún cuando las herramientas colaborativas siguen siendo algo novedoso, muchas empresas tienen mucho que ganar probando y usando estas herramientas, como parte de sus esfuerzos para aprovechar las tecnologías más eficaces en los negocios y mejorar las maneras en que sus empleados trabajan.

Las nuevas herramientas de soporte a la colaboración y cooperación inter e intraempresarial se describen en el último apartado del capítulo 3: La digitalización imparable del libro La innovación comienza aquí. Los resultados del estudio de Mckinsey How social tools can reshape the organization que se comenta en esta entrada vienen a reforzar las conclusiones allí expuestas.

Fuente de la imagen: Wikipedia: https://en.wikipedia.org/wiki/Collaboration_tool

El impacto de Internet en la economía

31 Martes May 2011

Posted by JOSE MANUEL CASTRO PEREZ in Digitalización imparable, Negocios, Tecnologías de la información

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crecimiento, desarrollo, economía, educación, gobierno, información, Innovación, internet, mckinsey, pobreza, productividad

Actualización 14/06/2016: La economía de Internet en EE.UU.: La Internet Association americana ha publicado un nuevo informe sobre el impacto económico de Internet, en el cual se constata que el empleo en el sector de Internet se ha duplicado desde 2007, cerca de alcanzar tres millones de puestos de trabajo totales. La actividad económica relacionada con Internet se estima en 996.200 millones de dólares, aproximadamente el 6% del PIB USA en 2014.

Actualización 10/06/2016: La economía de la interoperabilidad: La interoperabilidad, es decir, la capacidad de los sistemas informáticos para interactuar entre sí, es un concepto que va más allá de la transparencia y que trasciende, incluso, los límites de la Administración Pública, puesto que representa la base para la transformación digital completa de la economía.

Actualización 24/05/2016: La transformación digital en España: El estudio España 4.0 – El reto de la transformación digital de la economía, realizado por Siemens y Roland Berger, estima en 120.000 millones de euros el impacto de la digitalización en España, en 2025 y únicamente para los ocho sectores de actividad económica analizados en el estudio.

Actualización 29/02/2016: La digitalización de la economía en EE.UU. es aún reducida: En conjunto: la economía norteamericana sólo está a un 18% de su teórica máxima capacidad de digitalización, estimando que se puede conseguir un aumento de entre 1,6 a 2,2 billones (europeos) de dólares en el PIB americano entre 2015 y 2020.

Actualización 25/02/2016: Internet para todo: previsiones cara 2020: Según Cisco, la Internet para todo es una oportunidad global de 19 billones (europeos) de dólares durante la próxima década: las empresas del sector privado pueden crear tanto como 14.4 billones de dólares de valor, mientras que las ciudades, los gobiernos y otras organizaciones del sector público pueden crear 4.6 billones de dólares.

 

Mckinsey ha publicado recientemente uno de los primeros estudios de evaluación cuantitativa del impacto de Internet sobre el PIB y el crecimiento económico, teniendo en cuenta, al mismo tiempo, las herramientas más relevantes que gobiernos y empresas pueden utilizar para obtener el mayor beneficio de la transformación digital.

Según el estudio Internet matters: The nets sweeping impact on growth, jobs and prosperity, Internet puede transformar el escenario económico mundial de una manera similar a cómo lo transformó, en su día, la electricidad. No en vano, las Naciones Unidas consideran la penetración de Internet en un país como un elemento clave en sus esfuerzos por reducir la pobreza y promover el desarrollo económico. En apenas dos décadas, Internet ha pasado de ser una herramienta para investigadores y “frikies” a una realidad cotidiana para billones de personas.

Entre las conclusiones más significativas del estudio destacan:

  • El tamaño económico de Internet es grande; pero, aún así, continúa creciendo en todos los lugares.
  • Internet está aún en su infancia; el peso de Internet en el PIB de distintos países varía drásticamente de unos a otros, incluso entre países con similares niveles de desarrollo económico.
  • Internet es un elemento crítico para el crecimiento económico y un catalizador para la creación de empleo. Un estudio detallado de la economía francesa ha demostrado que, si bien Internet ha destruído 500.000 empleos en los últimos quince años, al mismo tiempo, ha creado 1.200.000 nuevos empleos.
  • Existe correlación positiva entre la madurez en el uso y despliegue de Internet con el crecimiento del PIB per cápita. La estimación indica que un incremento en la madurez de Internet similar a la experimentada por los países desarrollados en los últimos quince años, significaría un incremento de 500$ en el PIB per cápita. Estas cifras demuestran la la magnitud del impacto positivo de Internet a todos los niveles sociales y la velocidad a la cual produce beneficios.
  • El principal impacto de Internet está en la modernización de las actividades económicas tradicionales. Los negocios que han tenido las mayores creaciones de valor obtienen beneficios de su innovación debido a las altas productividades que provoca Internet.

Con base en las conclusiones obtenidas, el informe termina planteando varias acciones para reforzar los distintos ecosistemas domésticos del uso de internet:

  • Los gobiernos y decisiores públicos deben promover el uso de Internet informando y educando a empresarios y ciudadanos.
  • Todos los líderes empresariales deben colocar Internet como la primera prioridad de su agenda estratégica.
  • Todas las partes interesadas deben tomar parte en dialógos público-privados, basados en hechos, para asegurar que se dan condiciones óptimas para el desarrollo del ecosistema de Internet dento de cada país y, por supuesto, internacionalmente.

Ánimo, hay mucho trabajo por hacer.

Cinco errores conceptuales acerca de la productividad

16 Miércoles Mar 2011

Posted by JOSE MANUEL CASTRO PEREZ in Negocios

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Competitividad, continua, Innovación, mckinsey, mejora, Negocios, procesos, productividad, radical, recursos

Extractado de Five misconceptions about productivity – McKinsey Quarterly.

1.- La productividad no es una prioridad.

El crecimiento económico sólo puede venir de producir más con los mismos recursos (productividad) o de emplear más recursos; entre ellos los humanos. A su vez, los recursos humanos adicionales sólo pueden derivar de la existencia de más personas en edad de trabajar, lo cual dada la estructura demográfica de los países desarrollados sólo podría proceder de flujos inmigratorios desde los países en vías de desarrollo, con todos los problemas sociales y económicos que plantea la inmigración.

2.- La productividad destruye empleo.

Cuando se observa la economía en general, más allá de los altibajos de los distintos sectores, la productividad y el empleo casi siempre aumentan conjuntamente. Simplemente resulta falsa la existencia de un compromiso entre productividad y empleo en las economías dinámicas.

3.- La productividad sólo tiene que ver con la eficiencia y está diseñada para impulsar las ganancias corporativas.

La productividad tanto puede proceder de una mayor eficiencia (como la reducción de recursos para una producción dada) como de aumentar el volumen y valor de los productos obtenidos con los mismos recursos (para lo cual la innovación es un factor vital). Se necesitan los dos tipos de aumentos de productividad para crear ciclos virtuosos de crecimiento en los que los incrementos de valor provocan aumentos en los ingresos que, a su vez, alimentan la demanda de más y mejores productos y servicios.

4.- La productividad sólo afecta a sectores y empresas rezagados.

No es así. Como un componente crítico de la competitividad, el aumento de la productividad es esencial para la salud general de la economía. Incluso las empresas y sectores con mejores resultados tienen todavía margen para aumentar la productividad mediante la emulación de las mejores prácticas de los demás y el desarrollo de nuevas innovaciones propias. Sin embargo, también es cierto que la oportunidad de ganancias puede ser mayor en sectores tales como el del cuidado de la salud o el sector público, que hoy tienen una productividad relativamente baja. 

5.- Las ganancias de productividad han alcanzado su límite.

Algunos dicen que el desarrollo económico y la innovación tecnológica se han estancado y el motor de la productividad se está quedando sin combustible. No es cierto. Las investigaciones de Mckinsey sugieren que el sector privado puede alcanzar tres cuartas partes de las ganancias de productividad que se necesitan para obtener un crecimiento sostenible, simplemente aplicando las mejores prácticas empresariales y aprovechando la próxima oleada de innovaciones. Para obtener la última cuarta parte se deben afrontar las barreras que han lastrado históricamente el crecimiento económico, tales como carencias infraestructurales e incrementos innecesarios de la burocracia. Una adecuada combinación de esfuerzos públicos y privados, estableciendo nuevos estándares mundiales de productividad y competitividad, garantizaría que las futuras generaciones podrán disfrutar de ganancias en los niveles de vida similares a las de sus progenitores.

Ánimo, hay mucho trabajo por hacer.

Un enfoque integral de la sostenibilidad en los negocios

12 Miércoles Ene 2011

Posted by JOSE MANUEL CASTRO PEREZ in Innovación, Management, Negocios

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ambiental, corporativa, ecología, economía, impacto, Innovación, normas, productividad, responsabilidad, social, Sostenibilidad

Ya en entradas anteriores (El valor aportado por los programas de responsabilidad social y ambiental) se ha tratado el concepto de la sostenibilidad como soporte de la competitividad empresarial, referenciando las aportaciones de destacados gurús del management como C.K. Prahalad (Why sustainability is now the key driver of innovation?) y Peter Senge (Sustainability: not what you think it is). Michael Porter, otro importante gurú, al que se considera el padre del concepto de competividad, con su teoría de las cinco fuerzas competitivas de un sector, ha enunciado en un artículo de la Harvard Business Review (The big idea: creating shared value) sus aportaciones con la teoría del “shared value” (valor compartido) que, según él, ha de aglutinar los proyectos, ideas y esfuerzos de las áreas social y económica de nuestros entornos de vida, puesto que una sin la otra no serán sostenibles a largo plazo.

Así, la propuesta se concreta en desarrollar métricas y conectores entre las decisiones empresariales y gubernamentales con la rentabilidad a largo plazo, que permitan identificar y erradicar líneas de actuación aparentemente rentables a corto plazo, pero insostenibles a largo. Como ejemplo, se pueden citar dos casos de enorme impacto en nuestro entorno. Uno es el de las hipótecas “subprime”, tan rentables para la banca y el sector de la construcción, pero que, irremediablemente, necesitan de una base social que sea capaz de pagarlas. Otro ejemplo, son las primas del gobierno español a la producción de energías alternativas, las cuales en un loable, pero vano, intento de acelerar el uso de energías limpias y renovables, no han conseguido más que generar una bolsa de fraude y oportunismos, que terminan financiando los consumidores.

Se trata, por tanto, de buscar nuevas maneras de ejecutar las operaciones empresariales que permitan disminuir los costes aumentando, simultáneamente, los beneficios sociales que recibe el conjunto de la comunidad en la cual se ejecutan dichas operaciones. La enseñanza es que esta aparente “cuadratura del círculo” es posible, como demuestran los ejemplos descritos en el artículo, aplicando simultánea e inteligentemente las tecnologías disponibles, el pensamiento sistémico y la capacidad de innovación de los seres humanos.

El reto es desafiante, pero al mismo tiempo atractivo, puesto que va a requerir que los especialistas en negocios adquieran conocimientos acerca del funcionamiento de los sistemas sociales;  los especialistas sociales, a su vez, en el funcionamiento de los sistemas económicos y ambos sobre las capacidades que tecnologías disruptivas tales como la biotecnología, la nanotecnología y las tecnologías de la información y las comunicaciones ofrecen para la innovación.

Los gobiernos, por su parte, también tienen por delante un importante conjunto de tareas diferentes a las habituales para conseguir desarrollar normativas que favorezcan el desarrollo, convenciendo e implicando a todas las partes interesadas en la solución de los retos que se avecinan. El artículo aporta cuatro reglas de carácter general que se pueden aplicar en la elaboración de este tipo de legislación:

  • Definir objetivos sociales claros y medibles, que impliquen el uso de la energía y problemas de salud o seguridad.
  • Definir estándares que no prescriban los métodos a aplicar para conseguirlos, dejando espacio para la innovación empresarial.
  • Definir períodos transitorios en el cumplimiento de los estándares, que permitan completar ciclos completos de desarrollo de nuevos productos en las industrias.
  • Desarrollar sistemas de contabilización y medida universales, que permitan obtener datos para la realización de comparativas eficaces.

Esta manera de pensar representa una nueva forma de entender los clientes, la productividad y los factores externos con influencia en el desempeño de los negocios, destacando las inmensas necesidades humanas por satisfacer, los enormes nuevos mercados por atender y los costes internos que suponen las carencias sociales y comunitarias. El caso es que hasta muy recientemente, las empresas no han seguido este innovador enfoque de los negocios. No se trata de implantar programas de “responsabilidad social corporativa” que maquillen la imagen de una empresa; se trata de obtener el máximo rendimiento empresarial sin perjudicar a nadie. Este principio no lo critica nadie, al menos en los países desarrollados.

Ánimo, hay mucho trabajo por hacer. (Espero que esta entrada haya contribuído a aclarar esta ya habitual muletilla de este blog).

Cinco grandes tendencias socioeconómicas con influencia en los negocios

09 Jueves Dic 2010

Posted by JOSE MANUEL CASTRO PEREZ in Macrotendencias, Negocios

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administración, cliente, economía, estado, globalización, internet, Macrotendencias, Management, mckinsey, medioambiente, productividad, Sostenibilidad, tecnología, tendencias

El análisis de las macrotendencias del entorno en que vivimos es cada vez más importante; en Cómo traducir megatendencias en oportunidades de innovación se analizaba la importancia de estos análisis de carácter anticipatorio en la identificación de las oportunidades de innovación que orienten el desarrollo corporativo de nuevos productos y servicios.

En McKinsey proponen el uso de cinco grandes tendencias socioeconómicas que han identificado como modelo para el diseño de estrategias empresariales, las cuales ya están impactando en la actualidad y lo harán con mayor fuerza en el futuro. Estas cinco fuerzas, que pueden consultarse detalladamente en Global Forces son:

  1. El gran reequilibrio, donde los países emergentes forman una parte cada vez más importante de la economía mundial: “Tenga en cuenta que más de 70 millones de personas están cruzando el umbral de la clase media cada año, casi todos en las economías emergentes. A finales de la década, aproximadamente el 40 por ciento de la población mundial habrá alcanzado la condición de clase media para los estándares mundiales, frente a menos del 20 por ciento en la actualidad. Esto significa una gran oportunidad en los mercados de consumo”.
  2. El imperativo de la productividad, para que los países más desarrollados puedan seguir manteniendo un papel predominante en la economía mundial:  “Al final, el principal impulso llegará de las inovaciones revolucionarias creadas por las empresas: la historia muestra que la mayor parte del crecimiento de la productividad -más de dos terceras partes- proviene de la innovación de productos y procesos”; “Aunque la demanda de los trabajadores del conocimiento seguramente crecerá, la oferta no. Los gobiernos no están reaccionando lo suficientemente rápido como para educar a los trabajadores con las habilidades necesarias para cumplir con el imperativo de la productividad, y las empresas no pueden permitirse el lujo de esperar. Eso significa que las empresas deben ser mucho más innovadoras en su provisión de talento, ya sea recurriendo a los mercados laborales globales, a la creación de fuerzas de trabajo a tiempo parcial, o haciendo mejor uso de los trabajadores de más edad. Las empresas también tendrán que repensar las promociones en el trabajo en un mundo con pirámides de edad con bases mucho más delgadas -los jóvenes ya no superan en número a los antiguos, lo cual ha sido la premisa durante décadas para los ascensos en la mayoría de las empresas”.
  3. La red global, con todo el mundo cada vez más interconectado: “En las últimas dos décadas, la globalización y la tecnología digital se han combinado para crear vastas y complejas redes que se entrelazan a través de todas las actividades económicas y sociales. Dinero, bienes, datos y personas cruzan ahora las fronteras en grandes volúmenes y con velocidades sin precedentes. Desde 1990, los flujos comerciales han crecido 1,5 veces más rápido que el PIB mundial y los flujos de capital transfronterizos se han ampliado en tres veces la tasa de crecimiento del PIB. Los flujos de información han aumentado exponencialmente.”
  4. Fijando precio al planeta, donde terminará la explotación sin fin y sin coste del planeta y será necesario gestionar todos los recursos con criterios de sostenibilidad: “Incluso las proyecciones más conservadoras para el crecimiento económico global durante la próxima década indican que la demanda de petróleo, carbón, mineral de hierro, y otros recursos naturales, aumentará en al menos un tercio. Alrededor del 90 por ciento de ese aumento provendrá de crecimientos en los mercados emergentes.”
  5. Intervención del gobierno en los mercados, con la necesidad de encontrar el papel correcto de los estados en la economía moderna: “En el mundo desarrollado, prácticamente todas las grandes economías se están enfrentado a una demanda más amplia para los servicios públicos, al aumento de los ratios de deuda sobre PIB. El nivel medio de deuda en los países OCDE probablemente aumentará a un 120 por ciento en 2014 -frente a menos del 80 por ciento en la actualidad. En las economías emergentes, los gobiernos tienen mejores perspectivas demográficas, pero sus ciudadanos aspiran y demandan grandes inversiones en infraestructuras físicas y sociales -desde las carreteras a la educación y la atención médica- si es que han de evitar los trastornos sociales y hacer florecer las economías del siglo XXI”.

La oferta de Mckinsey es importante, puesto que no se limita a enumerar o identificar conceptos más o menos conocidos, sino que también proporciona ejemplos de opciones estratégicas elegidas por determinadas compañías a la vista del análisis detallado de los factores y encuestas de opinión entre sus paneles de directivos. Así, por ejemplo, cabe destacar, que la única de las cinco fuerzas en la que no existe una correlación entre los esfuezos que corporativamente se le están dedicando y la importancia cualitativa que se le otorga, es la denominada “Intervención del gobierno en los mercados”, lo cual puede ser motivo de planes de acción para anticiparse a sus posibles efectos.

Ánimo, hay mucho trabajo por hacer.

“Más por menos”; ha llegado para quedarse

11 Jueves Mar 2010

Posted by JOSE MANUEL CASTRO PEREZ in Management, Nueva clase media

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accenture, bajo coste, creatividad, diseño, Innovación, low-cost, mas por menos, productividad

 

Uno de los conceptos que con más fuerza ha irrumpido en los modelos de negocio empresariales en los últimos años ha sido el del “low-cost”, es decir, vender una determinada calidad a buen precio o, desde otro punto de vista, quitarle al producto todas las características accesorias y vender solamente el producto o servicio básico. ( Véase, por ejemplo, Innovación de bajo coste ).

Un error muy frecuente es confundir el “low-cost” con las rebajas, con los saldos, con las liquidaciones, con los descuentos o con la baja calidad. Los productos “low cost” son productos plenamente funcionales, a los que se aplica la misma legislación de protección del consumidor que para todos y en los que, simplemente, se ofertan características distintas de las habituales a precios menores a los habituales. Además, se trata de un concepto que ha llegado para quedarse, puesto que las empresas están empezando a descubrir que se puede ganar dinero con él, que no deben ignorar a la competencia “ low-cost” y, por si fuera poco, son productos más ecológicos, puesto que suelen incorporar menor cantidad de materias primas y componentes.

En Why less is the new more , Accenture nos ofrece varios interesantes consejos y recomendaciones para reducir sustancialmente el coste de los productos:

  • Repensar las asunciones sobre el diseño y la línea de productos:

“Al comenzar el recorte de costes, la reducción del número de componentes es un buen punto de inicio, puesto que se bajan los costes en todo el proceso desde el principio al final (inventarios, materias primas, esfuerzo de diseño, tiempo de montaje y requerimientos de servicio). En realidad, el bajo coste y la calidad son conceptos compatibles, no es necesario equilibrar uno a costa del otro”

  • Otorgar a los empleados capacidad para poner en marcha nuevas ideas a lo largo de toda la organización:

“Probablemente se disponga de más personas en la organización que hayan reflexionado sobre como construir ofertas efectivas en coste, de lo que se supone, tanto internamente como entre socios y proveedores”.

  • Comenzar con un precio atractivo para el consumidor y luego trabajar como un loco para conseguirlo:

“La determinación exitosa de un objetivo de coste a menudo comienza con la evaluación de un empresario de que los líderes arraigados en el mercado se han vuelto complacientes, y que muchos clientes acudirían a una oferta más reducida con un precio audazmente bajo”.

  • Investigación sobre los estilos de vida:

“La antropología de campo (observación acerca de cómo la gente vive, trabaja y de los productos que usa) puede proporcionar información abundante, granular y fiable que rara vez sale de los grupos formales de enfoque ”Focus group”.

  • Adoptar sofisticados modelos de costes:

“No siempre es fácil comprender la estructura de costes de los componentes que su empresa utiliza, ya sean comprados o fabricados internamente”.

  • Estimular la creatividad de los proveedores:

“La producción de la mayoría de los bienes y servicios se basa en una red de proveedores. Aunque las relaciones en estas redes son importantes para construir soluciones de bajo coste, en ocasiones son relativamente débiles”.

  • Utilizar las ofertas existentes para atender a un mayor número de segmentos de mercado:

“Es muy común para una empresa servir a diferentes segmentos de clientes con diferentes marcas a diferentes precios. Lo que ya es más complicado, pero potencialmente muy lucrativo, es modificar un producto ya existente para un segmento completamente nuevo a través de innovación basada en el coste.”

  • Gestionar más estrechamente la cadena de suministro.

“Debido a que los costes reales de la innovación suelen aparecer principalmente en la cadena de suministro, la imposición de una disciplina impulsada por la innovación orientada hacia el coste, requiere una estrecha colaboración en grupos de diseño de la cadena de suministro, a fin de tomar decisiones difíciles, que con frecuencia chocan contra décadas de normas culturales”.

Ánimo, hay mucho trabajo por hacer.

Excelencia operativa como ventaja competitiva

10 Miércoles Feb 2010

Posted by JOSE MANUEL CASTRO PEREZ in Management

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benchmarking, buenas prácticas, compras, desarrollo, gestión, lean, mantenimiento, mckinsey, operaciones, operativa, planificación, productividad, proveedores, rendimiento

Plataforma petrolíferaPuede que sea por deformación profesional, pero siempre me han interesado muchísimo todos los asuntos relacionados con la gestión de operaciones. Tal vez por eso, el artículo de Mckinsey This is the time to deliver on upstream operational excellence (el acceso al artículo completo puede estar restringido a determinadas condiciones de registro y/o subscripción) pasó el primer filtro de mi sistema de selección y priorización de lecturas (tenía varias otras cosas en contra y la primera lectura en diagonal tampoco resultó muy alentadora).

Pero al empezar a leer me di enseguida cuenta del enorme potencial de lo que tenía entre manos: un estudio comparativo de la incidencia en el rendimiento empresarial de buenas prácticas en gestión de operaciones en el macrosector extractivo de gas y petróleo; nada menos que un 30% del valor actual neto (un valor financiero que se puede razonablemente aproximar al valor de una compañía). Dicho de otra manera, y con palabras más comunes, el plus por “hacer bien las cosas” es de un 30%. Parece que si compensa.

Las buenas prácticas a las que el estudio se refiere son las muy poco visibles y nada tecnológicas tareas de planificar y analizar concienzudamente todas las actividades en las que se descompone un trabajo:

“La excelencia operativa consiste en centrarse en la mayoría de las actividades importantes y, a continuación, ejecutarlas bien”.

“Los operadores de primera clase mundial revisan con frecuencia las políticas de mantenimiento y fomentan una cultura de eliminación continua de todas las fuentes de pérdida”.

“Los operadores de primera clase mundial gestionan globalmente sus proveedores y mantienen programas de desarrollo con las empresas seleccionadas. Desarrollan un conocimiento en profundidad de las estructuras de costes de sus proveedores y reducen continuamente los desperdicios, al mismo tiempo que permiten márgenes adecuados al entorno de mercado actual.”

Sin embargo, el estudio tiene un grave problema de validez externa; Mckinsey no identifica las fuentes y metodologías con las que se ha realizado, por lo cual no existe manera de comprobar lo que en él se afirma:

“Basamos nuestra experiencia en operaciones de explotación en una base de datos propietaria de elementos comparativos de referencia y mejores prácticas, así como en nuestro trabajo en las operaciones de explotación de casi todas las cuencas, para cerca de 40 clientes, algunos de los cuales están implicados en transformaciones de rendimiento de las operaciones a gran escala.”

La explicación facilitada sobre la forma en la que se ha realizado el estudio no es suficiente; no se conocen los criterios con los que ha sido elaborada esa “base de datos propietaria”, ni ésta es consultable por personas ajenas, ni se conoce el nombre de los clientes con los que se ha trabajado, ni el alcance de los trabajos realizados.

Por estas importantes razones, el estudio no sería académicamente admisible. Sin embargo, el prestigio de la marca Mckinsey lo avala para su uso empresarial; sin duda los directivos del sector estudiado no lo tomarán en saco roto.

¿Y los directivos de otros sectores deben, también, tenerlo en cuenta?

¿Son las buenas prácticas identificadas extrapolables a otros sectores?

¿Es razonable pensar que se puede alcanzar un plus del 30% en el valor de empresas de otros sectores en base a la excelencia en gestión de operaciones?

Me gustaría conocer vuestras opiniones al respecto; yo ya llevo muchos años predicando estos conceptos y puedo estar contaminado al respecto.

Ánimo, hay mucho trabajo por hacer.

Estructura organizativa y procesos de cambio en la Administración Pública

01 Jueves Oct 2009

Posted by JOSE MANUEL CASTRO PEREZ in Administración pública

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Etiquetas

administración, cambio, cultura, directivos, lean goverment, liderazgo, mckinsey, mejora, operaciones, procesos, productividad

En respuesta al debate que plantea Oscar Cortés en Reformas y cambio en las organizaciones públicas sobre cuál es la estructura idónea para abordar un proceso de cambio en la Administración Pública, mi opinión es que deben crearse equipos internos de trabajo específicamente diseñados y capacitados para impulsar el proceso de mejora continua.

No es éste un planteamiento para nada frecuente; la alta dirección de los organismos públicos no suele confiar en las capacidades de sus empleados públicos y se prefiere con demasiada frecuencia la contratación externa de soluciones tecnológicas grandilocuentes o la modificación de los organigramas y estructuras organizativas, muchas veces creando nuevos mandos intermedios que sólo contribuyen a burocratizar aún más los procesos. En mi experiencia, este tipo de proyectos siempre se cierran con desánimo y sin haber alcanzado prácticamente ninguno de los objetivos previstos.

En esta línea, no puedo estar más de acuerdo con Oscar Cortés cuando dice que “formular y desarrollar políticas públicas no es legislar; es liderar e implementar, lo cual son cosas muy diferentes”; ocurre, sin embargo, que la gestión es aburrida, poco brillante y no proporciona titulares de “lustre, brillo y esplendor” que tanto gustan a nuestros políticos, quienes parecen tener pavor a que los resultados de su área de gestión puedan ser sospechosos de haber sido alcanzados gracias al trabajo de sus colaboradores. Antes bien la gestión se compone de personas, de pequeñas tareas continuamente mejoradas, de confianza, de profesionalidad, de conocer las tecnologías que pueden ser relevantes en tu trabajo, etc.; casi como lo que vemos todos los días en la Administración.

Siguiendo con la lógica evidencia del sentido común, en Mckinsey ( Improving public – sector purchasing ) nos proponen una metodología de cambio en cinco fases secuenciales, la cual, por desgracia, suele frecuentemente ejecutarse justo al revés:

1.- Construir credibilidad obteniendo éxitos rápidos.

  • Comenzar con unas pocas iniciativas de alto potencial.
  • Demostrar la capacidad para capturar valor.

2.- Definir objetivos ambiciosos y asegurarse el respaldo de la alta dirección.

  • Clarificar roles y responsabilidades.
  • Obtener respaldo visible de la alta dirección, lo cual es más importante que la estructura organizativa formal

3.- Crear las bases para una transformación exitosa.

  • Desarrollar habilidades y capacidades críticas.
  • Establecer los procesos y mecanismos formales necesarios.
  • Apalancarse de forma oportunista en los sistemas tecnológicos disponibles y en herramientas telemáticas.

4.- Desplegar el programa para capturar su valor completo.

  • Seguir un enfoque en cascada para desarrollar todas las iniciativas.
  • Penetrar profundamente en la propia organización.

5.- Definir la estructura

  • Adoptar inicialmente una organización pequeña y específicamente diseñada para el proyecto.
  • Construir una estructura organizativa que permita conseguir los objetivos organizativos a lo largo del tiempo.

Ánimo, hay mucho trabajo por hacer.

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